El primer observador recolectaba
los datos sobre el peso, la raza, el color y el género (toro, novillo, vaca o
vaquillona) del animal. El segundo observador recogía datos sobre su
comportamiento. Ambos observadores estaban sentados en el sector del público
del local de remates, en una posición que les permitía tener una visión
completa de los animales y de la pista de ventas. La reactividad a los estímulos
externos (por ejemplo, el ruido o el contacto) no se tomaba en cuenta para
determinar el puntaje de temperamento. El criterio primario para fijar puntajes
era el nivel de actividad de cada animal, seguido por la postura de su cabeza y
su cuello. Todos los puntajes fueron asignados mientras el martillero estaba
rematando el animal, y cada animal permaneció en la pista de ventas por un
lapso de aproximadamente 15 a 30 segundos.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
.jpg)

0 comentarios:
Publicar un comentario